EDITORIAL
Con más pena que gloria la COP26 no respondió a la emergencia climática. Tanto los científicos como los estudiosos del clima han declarado que los resultados fueron desalentadores y frustrantes. Las duras palabras de Patricia Espinoza, Secretaria Ejecutiva de la ONU, sobre el Cambio Climático, en la apertura de COP26: “Estamos en camino a un aumento de una temperatura global de 2.7 grados C. cuando deberíamos alcanzar el objetivo de 1.5 grados. Sabemos que con este nivel de calentamiento la mayoría de las especies no podrán adaptarse y desaparecerán. Millones de seres humanos pobres y vulnerables estarán en grave riesgo”.

Los tres artículos de Leonardo Boff, sobre este tema, brindan una oportunidad sustancial para reflexionar. Y ¿tenemos tiempo y sabiduría suficiente para evitar la catástrofe?. El escenario se presentó dramático, al indicar el fruto de más de cien expertos de 52 países. Para valorar este grave riesgo que la afirmación del gran naturista Théodore Monod en su libro Y si la aventura humana llega a fracasar, afirma: “El ser humano es perfectamente capaz de una conducta insensata y demencial, a partir de ahora podemos temer todo, hasta la aniquilación de la especie humana”.

El mismo Leonardo, en su última aportación, sobre el cambio climático, la presenta con una nueva interrogación: ¿Estamos destruyendo el futuro de nuestros jóvenes? Haciendo un análisis sobre “la Amazonía, como sujeto de derechos” denuncia: “se está produciendo un ecocidio… Es un crimen contra la naturaleza y contra la humanidad”. “Sin este avance necesario, estamos destruyendo el futuro de nuestros jóvenes y también el futuro de nuestra civilización. Tenemos poco tiempo y poca sabiduría”. Pero con el sufrimiento cada vez más emergente, se puede forjar un futuro de esperanza. Así es como Dios lo querrá.
Para leer el mensaje completo del Papa

El Papa Francisco recuerda que esperaba participar en esta reunión y transcurrir un tiempo breve con ellos, lamenta que esto no haya sido posible. Sin embargo, el Santo Padre los invita a implorar “los dones de la sabiduría y la pureza de Dios a los encargados de guiar a la comunidad internacional en su intento de responder a este grave desafío con decisiones concretas inspiradas en la responsabilidad hacia las generaciones presentes y futuras”, y añadió “El tiempo se agota, esta ocasión no debe desperdiciarse, para que no tengamos que enfrentarnos al juicio de Dios por nuestra incapacidad de ser fieles administradores del mundo que nos ha confiado”. En el camino Sinodal, El Cardenal Grech ofrece un tema con aportaciones importantes y pedagógicas: “No escuchar a cada uno es paralizar a la Iglesia dentro y fuera. Es la voluntad de Dios la que buscamos discernir y descubrir”.
Para cerrar este boletín, Antonello Iapicca, analiza la realidad que nos circunda, sin ingenuidad y con un tono oscuro: “Sólo la fe en Cristo podrá frenar el tsunami que se avecina y salvar a esta generación”; realidad que ilumina con esperanza cristiana.
Quien vive los valores de la justicia, de la solidaridad, de la compasión y del cuidado de unos a otros, está más próximo a Dios que el piadoso que frecuenta la Iglesia, pero pasa de largo ante los pobres que encuentra en la calle: “Es preferible un ateo ético a un cristiano indiferente a quienes sufren en las periferias”. La frase es del Papa Francisco.
El contenido del Boletín, en definitiva, pretende crear una atmósfera de valores, sumergidos en Dios y en el Evangelio que nos permite la alegre celebración de la Vida.
Álvaro Lacasta, s.j.
Boletín-DICIEMBRE_2021

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