Intención Abril 2021 Derechos Fundamentales (CLICK LEER MÁS)

Intención universal – Derechos fundamentales

Recemos por aquellos que arriesgan sus vidas luchando por los derechos fundamentales en dictaduras, en regímenes autoritarios e incluso en democracias en crisis.

MENSAJE A LOS PARTICIPANTES EN LA CONFERENCIA INTERNACIONAL “LOS DERECHOS HUMANOS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO: CONQUISTAS, OMISIONES, NEGACIONES”

Francisco 10 de Diciembre de 2018

[…] Observando con atención nuestras sociedades contemporáneas, encontramos numerosas contradicciones que nos llevan a preguntarnos si verdaderamente la igual dignidad de todos los seres humanos, proclamada solemnemente hace 70 años, sea reconocida, respetada, protegida y promovida en todas las circunstancias. En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre. Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados. […] Ante estos graves fenómenos, todos somos cuestionados. De hecho, cuando se violan los derechos fundamentales, o cuando se favorecen algunos en detrimento de otros, o cuando se garantizan solo a ciertos grupos, se producen graves injusticias, que a su vez alimentan los conflictos con graves consecuencias tanto dentro de las naciones como en las relaciones entre ellas. Por lo tanto, cada uno está llamado a contribuir con coraje y determinación, en la especificidad de su papel, a respetar los derechos fundamentales de cada persona, especialmente de las “invisibles”: de los muchos que tienen hambre y sed, que están desnudos, enfermos, son extranjeros o están detenidos. (cfr Mt 25,35-36), que viven en los márgenes de la sociedad o son descartados. Esta necesidad de justicia y solidaridad tiene un significado especial para nosotros los cristianos, porque el Evangelio mismo nos invita a dirigir la mirada a los más pequeños de nuestros hermanos y hermanas, a movernos a la compasión (cf. Mt 14,14) y a trabajar arduamente para aliviar sus sufrimientos Deseo, en esta ocasión, dirigir un llamamiento sincero a aquellos con responsabilidades institucionales, pidiéndoles que coloquen a los derechos humanos en el centro de todas las políticas, incluidas las de cooperación para el desarrollo, incluso cuando esto signifique ir contra la corriente.

COMENTARIO PASTORAL

El reconocimiento de los derechos humanos, es decir, que cada persona tiene derecho a la vida, a la educación, a la salud, al trabajo bien remunerado, a la libertad de conciencia, de expresión y de asociación… constituyó un avance fabuloso en los países de cultura occidental hace 70 años. Y aunque en algunos países del mundo se reconocen fundamentalmente esos derechos, en otros no. Los gobiernos que no los reconocen causan mucho daño en la población. El Papa atribuye a visiones antropológicas reductivas esa falta de reconocimiento, como sucede en las culturas donde la mujer no es apreciada como igual al hombre. Y también lo atribuye a sistemas económicos que explotan el trabajo humano, lo cual constituye una variante de la antigua esclavitud.

En la mayoría de los países se reconocen nominalmente los derechos humanos, pero en la práctica se conculcan. Hay muchos tipos de desconocimiento de los derechos, muchos tipos de abusos, pero los peores tienen que ver con gobiernos que permiten o se asocian a los que conculcan esos derechos, para mantenerse en el poder con represión de los descontentos. El comercio de la venta de armas, el narcotráfico, la trata de blancas, los abusos a los emigrantes son algunos de los cañonazos en esta guerra contra la raza humana que disparan fabricantes, gobernantes y mafias que no parecen seres humanos, sino engendros de otras razas.

Rezar a Dios por la intención del apostolado de la oración de este mes nos lleva a muchas preguntas: ¿nos escucha el buen Padre celestial cuando le presentamos estos desastres? ¿nos mira con amor de Padre? ¿quiere que mejore la raza humana? Jesucristo, que tanto padeció del abuso de las autoridades de su tiempo, se acerca a nuestras mentes y a nuestro corazón para decirnos: Yo también pasé por eso, perseveren, que el Reino de Dios está ya presente entre ustedes, dentro de sus corazones. El Espíritu Santo nos anima con su fuego a rezar por todo el mundo, abusadores y abusados, violentadores y violentados, gobernantes y gobernados, para que esa distancia tan grande hoy día se vaya acortando. Y también nos anima el hecho de pensar que son muchos miles, muchos millones los que hacen suya esta intención del Apostolado y vuelven sus corazones a Dios en petición constante. ¡Dios bueno, Dios querido! En tus manos nos ponemos para que mejores esta raza humana que tú creaste.

P. Fco. Javier Duplá sj.

Red-Mundial-Venezuela-VE

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