Intención del Papa Febrero 2023: Por las Parroquias (CLICK LEER MÁS)

Por las parroquias

“Para que las parroquias, poniendo la comunión en el centro, sean cada vez más comunidades de fe, fraternidad y acogida a los más necesitados”.

Instrucción

La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia

Congregación para el Clero 29 de junio de 2020

27. El sujeto de la acción misionera y evangelizadora de la Iglesia es siempre el Pueblo de Dios en su conjunto. De hecho, el Código de Derecho Canónico resalta que la parroquia no se identifica con un edificio o un conjunto de estructuras, sino con una determinada comunidad de fieles, en la cual el párroco es el pastor propio [30]. Al respecto, el Papa Francisco recuerda que «La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y de la celebración», y afirma que ella «es comunidad de comunidades» [31].

28. Los diferentes componentes en los que la parroquia se articula están llamados a la comunión y a la unidad. En la medida en que cada uno, habiendo recibido su propia complementariedad, la pone al servicio de la comunidad, por un lado, se puede apreciar la plena realización del ministerio como pastores tanto del párroco como de los sacerdotes que colaboran y, por otro, emerge la peculiaridad de los diversos carismas de los diáconos, las personas consagradas y los laicos, para que cada uno trabaje en la construcción del único cuerpo (cfr. 1 Cor 12,12).

Foto: www.flickr.com

29. La parroquia, por tanto, es una comunidad convocada por el Espíritu Santo, para anunciar la Palabra de Dios y hacer renacer nuevos hijos en la fuente bautismal; reunida por su pastor, celebra el memorial de la pasión, muerte y resurrección del Señor, y da testimonio de la fe en la caridad, viviendo en un estado permanente de misión, para que a nadie le falte el mensaje salvador, que da la vida.

Al respecto, el Papa Francisco se expresa así: «La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo “la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas”. Esto supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos. […] Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos, en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión» [32].

30. No pueden ser ajenos a la parroquia el “estilo espiritual y eclesial de los santuarios” – verdaderos y propios “puestos de avanzada misionera” – caracterizado por la acogida, la vida de oración y el silencio que da descanso al espíritu, así como por la celebración del sacramento de la reconciliación y el servicio a los pobres. Las peregrinaciones que las comunidades parroquiales realizan a diversos santuarios son medios preciosos para crecer en comunión fraterna y, al regresar a casa, hacen que los espacios de vida cotidiana sean más abiertos y acogedores [33].

Foto: www.arquidiocesiscaracas.com

31. En este sentido, se puede decir que el santuario reúne el conjunto de características y de servicios que, análogamente, también una parroquia debe tener, representando para muchos creyentes la meta deseada de su búsqueda interior y el lugar donde se encuentra con el rostro de Cristo misericordioso y con una Iglesia acogedora.

En los santuarios pueden redescubrir “la unción del Santo” (1 Jn 2,20), es decir, su propia consagración bautismal. En estos lugares se aprende a celebrar con fervor, en la liturgia, el misterio de la presencia de Dios en medio de su pueblo, la belleza de la misión evangelizadora de cada bautizado y la llamada a traducirla en caridad en los lugares donde cada uno vive [34].

32. La parroquia, como “santuario” abierto a todos y llamada a llegar a todos sin excepción, recuerda que los pobres y los excluidos siempre deben tener un lugar privilegiado en el corazón de la Iglesia. Como afirmaba Benedicto XVI: «Los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio» [35]. A su vez, el Papa Francisco ha escrito que «la nueva evangelización es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia. Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos» [36].

Foto: www.miparroquia.net

33. A menudo, la comunidad parroquial es el primer lugar de encuentro humano y personal de los pobres con el rostro de la Iglesia. En particular, los sacerdotes, los diáconos y las personas consagradas son quienes deben mostrar compasión por la “carne herida” [37] de los hermanos, visitándolos en la enfermedad, apoyando a las personas y familias sin trabajo, abriendo la puerta a todos cuantos pasan alguna necesidad. Con la mirada puesta en los últimos, la comunidad parroquial evangeliza y se deja evangelizar por los pobres, redescubriendo así la implicación social del anuncio en sus diferentes ámbitos [38], sin olvidar la “regla suprema” de la caridad, en base a la cual seremos juzgados [39].

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA EVANGELII GAUDIUM 3

Francisco, 24 de noviembre de 2013  

COMENTARIO PASTORAL

P. Fco. Javier Duplá s.j.

“Originariamente las parroquias se crearon por la Iglesia católica y estaban formadas por un pequeño territorio (varios pueblos o aldeas) que se asignaban a un cura .

El Sacerdote se encargaba de oficiar misasfuneralesbautismosbodas, confesiones, confirmaciones principalmente a los que están en peligro de muerte, la unción de enfermos y todos los sacramentos a excepción del orden sacerdotal; además de ofrecer consuelo a los habitantes y feligreses de la misma, también extendía sus servicios a los distintos templos y capillas de los pueblos que formaban la parroquia. La función del párroco llegó a ser muy importante, actuando como consejero para las familias, de mediador en los conflictos, e incluso ejerciendo funciones de juez de paz o veedor.”

Foto: www.miparroquia.net

El Papa Francisco recuerda que «La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y de la celebración», y afirma que ella «es comunidad de comunidades».

Ambas aproximaciones a lo que es la parroquia eclesiástica son muy acertadas y nos hacen ver la importancia de esta institución. El párroco fomenta el conocimiento entre los fieles y la ayuda mutua, hace sentir la fraternidad, expresa el amor de Jesucristo y acompaña a las familias en sus necesidades y encomienda a los difuntos. No hay ninguna institución humana que atienda tantos aspectos de la vida. La parroquia tiene mucha vida, sobre todo cuando en ella se forman grupos de catequesis, grupos de estudio de la Biblia, cofradías en veneración de los santos, organizaciones de ayuda a los pobres – tan importantes en los momentos actuales. En las parroquias grandes se necesitan vicarios y diáconos permanentes, para que el párroco no se vea sobrecargado. “La parroquia, por tanto, es una comunidad convocada por el Espíritu Santo, para anunciar la Palabra de Dios y hacer renacer nuevos hijos en la fuente bautismal; reunida por su pastor, celebra el memorial de la pasión, muerte y resurrección del Señor, y da testimonio de la fe en la caridad, viviendo en un estado permanente de misión, para que a nadie le falte el mensaje salvador, que da la vida.”

Foto: www.www.cope.es

Cada uno podría preguntarse: ¿qué relación tengo yo con mi parroquia? ¿Con qué frecuencia asisto a sus invitaciones? ¿Colaboro con algunas de sus iniciativas? ¿Trato como amigos al párroco y los que dirigen la parroquia?

En las parroquias se imparten todos los sacramentos, incluso ocasionalmente el del orden sacerdotal. Por eso, pedir por ellas en este mes no es tanto un deber sino un motivo de responder agradecidos a este don del Espíritu.

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